miércoles, 23 de enero de 2013

El Flautista de Hamelin


Numerosa cantidad de veces encontramos en los relatos populares,un sinfín de analogías que nos ayudan a
hilvanar la explicación de los temas,en particular si son tan álgidos,como el que me he empeñado,desde hace
un tiempo,en comentar mis impresiones;debido al efecto devastador que puede – o que comenzó – producirse sobre las conductas sociales y particulares de los individuos,desde temprana edad.
Tal es el caso del Flautista de Hamelin.
Realidad o Fäbula acontecida en la Edad Media y vastamente popularizada por los Hermanos Grimm.
Situemos a Hamelin como síntesis de una sociedad en los últimos 20 años del siglo XX,sedienta de mayores
avances en la Tecnología de Comunicación entre los individuos,por esa época dificultosas y de alto costo,no accesible para la mayor parte de las masas sociales.
Tales obstáculos – como los roedores de Hamelin – parecían contaminar los esfuerzos por reducir las distancias geográficas y como siendo invadidos por un ruido intolerable que no permitía conocer en corto plazo,lo que ocurría fuera de un limitado círculo.
Así – como obedeciendo a un pedido – arribó y se desenvolvió raudamente la Tecnología de las Comunicaciones entre Individuos,como el Flautista – el cual previamente generaba escepticismo en los pobladores por la efectividad que pudiera tener – a través de sus melodías,vaciara el pueblo de roedores,
limpiando y allanando el camino,para acortar las distancias entre las personas,al tiempo de favorecer cada vez más la calidad de las comunicaciones.
Pero el Flautista no fue remunerado por su esfuerzo,la Tecnología de Comunicaciones,en lo que va del siglo XXI,está siendo más abusada que usada.Así aparece la nueva imagen del Flautista,que decide tomar revancha y adopta una nueva melodía,el ADITEC (Abuso de DIspositivos TEcnológicos de Comunicación),capaz de encantar a cuanto individuo muestre un mínimo signo de vulnerabilidad,sin distinción de raza,edad,sexo o credo.
Y esta vez,corremos el riesgo que la nueva melodía vaya induciendo principalmente a los niños,a transitar
un camino hacia una cueva,desde donde les será difícil retornar,una cueva oscura,sin verdaderas motivaciones,ni ansias por imaginar,crear,jugar,leer,escribir e interactuar lo más posible con la Naturaleza.
Una cueva que también alberga adultos,pero los que no hemos entrado aún,tenemos nuestra porción de responsabilidad para impedir que cualquier niño o adolescente,entre extasiado siguiendo al Flautista despechado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario